ANTONIO GUZMÁN CAPELL
Antonio Carlos Guzmán Capel, conocido por su nombre artístico "Capel" es un pintor español que desde 1961 reside en la ciudad de Palencia habiendo nacido en Tetuán el 19 de enero de 1960.
Artista autodidacta desde niño demostró sus cualidades innatas para el dibujo y la pintura. Realizó su primera exposición cuando contaba sólo once años de edad. De allí en más y en forma continua, celebró cada año una nueva exposición.
A los catorce años de edad expuso su obra en Suiza, donde fue considerado por la crítica local como Genio de la Pintura, pues según se manifestó, no se conocía en aquel momento a ningún artista dotado de tanta maestría como para realizar obras de tal calidad a tan temprana edad . El artista, que posee una técnica perfecta con el óleo, se confiesa autodidacta. «Empecé a pintar a los diez años y comencé a tomarlo muy en serio desde los dieciséis. Trabajo en Palencia, donde doy clases de pintura desde hace doce años. Mis exposiciones las ha visitado prácticamente todo el mundo». Capel añade que «De los doce a los catorce años tuve un profesor, Alberto Abril, que estudió bellas Artes en Madrid, junto con Pedro Mozos, Germán Calvo, los mejores pintores de Palencia». Aparte de ese corto periodo de aprendizaje, «se puede decir que soy un pintor autodidacta, he aprendido por mi cuenta». Sus bodegones, sus paisajes, sus figuras, le muestran como gran cultor del estilo hiperrealista. Algunos opinan que donde mejor se perciben sus cualidades es en sus trabajos sobre toros y toreros.
«El tema taurino lo he empezado a trabajar en el año 2000, cuando concursé por primera vez en el Premio Toresma de la Plaza de las Ventas, en Madrid. En el 2001 conseguí el primer premio; y a raíz de ahí, comenzó mi relación profesional con los empresarios taurinos Gustavo y Pedro Postigo. Desde entonces pinto carteles para las ferias de León, Palencia, San Fernando de Cádiz, me he metido en el mundo del toro y me está empezando a gustar», asegura el artista palentino. Tiene razón el artista al decir que a la hora de ponerse ante un lienzo prefiere los prolegómenos y los distintos elementos de la fiesta, antes que la corrida en sí. «Me gusta más pintar escenas de interior que lo que es el festejo en la plaza. Prefiero los detalles que las escenas taurinas con muchos personajes», dice Capel. Y vemos, efectivamente, como pinta maravillosamente los escenarios románticos de las posadas de los pueblos de España, habitaciones con viejas camas de hierro y latón, en las que los adornos del traje de luces reverberan con la luz de la siesta mientras, el torero reza su penúltima oración antes de encaminarse a la plaza pueblerina.
Mercedes Tamara
31-07-2016
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